En la comunidad de Cacao municipio de Jutiapa, Atlantida, Honduras un grupo de mujeres agricultoras se reunió recientemente con el propósito de analizar de manera detallada el informe financiero correspondiente a las ventas de sus productos. Entre los principales rubros evaluados se encontraban el culantro y el pepino, dos cultivos de gran importancia tanto para el consumo local como para la comercialización en mercados cercanos. Durante el encuentro, las participantes revisaron los ingresos obtenidos, identificando los logros alcanzados y las dificultades que han enfrentado en el proceso de producción y venta.
La revisión financiera permitió constatar que, si bien se han generado beneficios económicos significativos, aún existen limitantes que afectan la rentabilidad de las cosechas. Entre las más mencionadas se destacaron los altos costos de insumos, la falta de una cadena de distribución más sólida y la escasa infraestructura para obtener la mayor productividad y los cultivos deseados con demanda en las comunidades además de conservar y transportar los productos en condiciones adecuadas. Estos factores repercuten directamente en la capacidad de las agricultoras para negociar mejores precios y aumentar la competitividad de sus productos en el mercado.
Ante esta situación, las mujeres agricultoras discutieron y analizaron posibles estrategias de mejora, priorizando aquellas que les permitan fortalecer la comercialización y aumentar el valor agregado de sus cosechas. Se planteó, por ejemplo, la importancia de explorar nuevos mercados locales y regionales, así como la posibilidad de implementar técnicas de empaque y presentación más atractivas para los consumidores. De igual forma, se destacó la necesidad de recibir capacitaciones en temas de mercadeo, administración y gestión empresarial comunitaria.

Como parte de los acuerdos alcanzados en la reunión, se tomó la decisión colectiva de gestionar solicitudes formales de apoyo ante el alcalde municipal de Jutiapa. El objetivo principal de estas gestiones es obtener recursos que contribuyan al fortalecimiento de la producción agrícola local. Las agricultoras coincidieron en que el respaldo de las autoridades municipales puede ser determinante para mejorar el acceso a insumos, habilitar espacios de comercialización y garantizar una producción más estable y eficiente.
Finalmente, las mujeres subrayaron que su trabajo no solo tiene un impacto económico en sus familias, sino también en el desarrollo integral de la comunidad. Mejorar la infraestructura, asegurar insumos de calidad y ampliar las oportunidades de comercialización significaría incrementar los ingresos familiares y fomentar la autosuficiencia económica. Asimismo, este esfuerzo colectivo fortalece el rol de las mujeres como protagonistas del desarrollo rural y como agentes clave en la construcción de comunidades más resilientes y sostenibles.