La frase del señor Garvey, trae a mi memoria una magnifica experiencia en la que se conjugan estos dos elementos la identidad y el emprendimiento.

Frente a una parra de uva de aproximadamente 200 años en el viñero Martínez Parrondo; con profundas raíces que se adentran a tres generaciones de productores que han conservado al menos 4 especies variedades autóctonas en sus parcelas familiares. Situados en Las Barzaniellas, Cangas de Narcea en España y caracterizado por una viticultura heroica acompañado de una vendimia a mano en las pronunciadas pendientes; no parece ser factores de peso para dar como resultado un vino afrutado, fresco, mineral y elegante tal cual fue descrito por José María quien al igual que una vid se ha hecho uno con este suelo.

Esta experiencia de emprendimiento fue recibida por el equipo técnico de la REMBLAH y la representante del grupo de Mujeres de Cacao de la Empresa Multiemprendedoras quienes viajaron a realizar un intercambio de experiencia en el marco del fortalecimiento del Proyecto Camino de los sueños.

El mensaje de José María es claro, impactante e impresionante; en el que el valor agregado al final de sus más de 20 horas de trabajo, es la entrega de su ser que se complementa con cada uva que crece en estas laderas. La pasión por lo que hace, la fuerza con que lo proyecta hace pensar en esas características que pueden definir verdaderamente a un emprendedor.

Lograr transmitir ese mensaje de orgullo local dentro de cada una de las comunidades del Proyecto Camino de los Sueños, arraigado en sus rieles es parte de la reconstrucción de un legado nacional que pretende rescatar esta iniciativa.

Cada estación es única, por lo que la oferta turística se abre como un abanico de oportunidades para la zona norte.